Presentación

No puede ser que hoy en mi trabajo sean las ocho y media de la mañana y ya haya sucedido:

Hace cinco minutos he ido al servicio a golpear la pared y morderme la lengua para que así nadie note el coraje que asciende por mis brazos y que se concentra en la mandíbula debido a la impotencia.

Mi compañera ha hecho lo mismo... se ha refugiado para enjugar sus lágrimas, lavarse la cara y salir un cuarto de hora después con una sonrisa forzada; y con la moral y la autoestima hundidas. Si Simone de Beauoir la hubiese visto, habría escrito un capítulo más de La mujer rota.

Lo mejor es que ambos sabemos, que de las últimas 30 cosas por las que se nos ha culpado en nuestros puestos de trabajo, nosotros no hemos tenido culpa alguna...

Nuestro jefe la ha tenido.

Pero... ¿qué podemos hacer? ¿alzar la voz? ¿aferrarnos a nuestro código ético? ¿intentar cambiar en algo esta situación? Por supuesto que sí, no quedarnos callados ante las injusticias es una de combates más loables... y la denuncia también lo es.

Los puntos esenciales para que el trato a los becarios, asistentes, ayudantes, secretarios... o como se nos busque llamar; sea el justo, correcto y adecuado son: el no quedarnos callados y contar nuestras experiencias.

Es por ello que os pido por favor... que si alguno de vosotros os sentís que son maltratados como becarios, escriban a este blog para que sirva como un escaparate de las cosas más ridículas, extrañas, caricaturescas, injustas, malsanas o grotescas que nos acontecen en el mundo laboral.

Sírvanse pues de narrarnos sus experiencias como becarios en este foro donde seguramente la realidad superará a la ficción.

Becario X